Estos efectos sobre la calidad de vida y el pronóstico del paciente cardiópata, además de la reducción en los índices de mortalidad, se debe a varios cambios morfológicos, fisiológicos y funcionales que logramos gracias al entrenamiento físico, a través de los siguientes mecanismos: (1) corrección parcial de la disfunción endotelial, (2) formación colateral, (3) regresión de estenosis coronaria y (4) vasculogénesis.
1. Corrección parcial de la disfunción endotelial: Hambrecht et al. realizaron un estudio donde asignaron de manera aleatoria a un grupo de pacientes para realizar entrenamiento en el ergómetro de bicicleta en el hospital o un grupo de control que continuó un estilo de vida sedentario durante 4 semanas. Al inicio del estudio y después de 4 semanas, se evaluó la vasomotión dependiente del endotelio de los vasos del conducto en respuesta a la acetilcolina, y se evaluó la función de los vasos de resistencia en la microcirculación en respuesta a la adenosina. La vasoconstricción patológica de los vasos epicárdicos en respuesta a 7,2 μg de acetilcolina se redujo en un 54% después de 4 semanas de entrenamiento físico.
Este resultado se asoció con un aumento en el flujo sanguíneo coronario del 78% al 142% al finalizar el programa, mientras que no se observaron cambios en el grupo de control durante el período de estudio.
2. Formación de colaterales: Belardinelli et al. pudieron mostrar angiográficamente una mejor formación colateral en un subconjunto de pacientes con miocardiopatía isquémica después de 8 semanas de entrenamiento físico. Se pudo mostrar un aumento en la formación de colaterales solo en pacientes en los que se detectó la progresión de lesiones ateroscleróticas, generando la hipótesis de que la isquemia miocárdica es una fuerza necesaria que impulsa la formación colateral.
3. Regresión de la estenosis coronaria: En el Lifestyle Heart Trial, una intervención multifactorial de 1 año de duración que incluyó 3 horas de entrenamiento físico por semana, indujo una regresión del 3.1% en la estenosis coronaria que se asoció con una disminución en las tasas de eventos cardiovasculares. Por el contrario, el grupo de control físicamente inactivo se caracterizó por una progresión del 11,8% de la estenosis coronaria.
4. Vasculogénesis: Se han encontrado hallazgosconsistentes con la hipótesis de que el entrenamiento físico puede rejuvenecer el árbol vascular dañado a través de la movilización y activación de células progenitoras circundantes (CPC), lo que conduce a una mejora de la perfusión miocárdica. Se demostró que el entrenamiento físico en pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada aumenta el número y la capacidad funcional de las CPC, lo que se asoció con una mejor función endotelial y densidad capilar del músculo esquelético.
Conclusión
La RC es una intervención muy útil, con una relación costo beneficio excelente y al ser un proceso multidisciplinario contribuye con un adecuado control de factores de riesgo cardiovasculares como el hábito de fumar, disminución en los niveles de lípidos y el mejor control de enfermedades crónicas como la diabetes mellitus e hipertensión arterial, influyendo positivamente en la calidad de vida del paciente.
Autora:
Lcda. Alisson Herrera Iturralde
Especialista en Rehabilitación Cardiopulmonar
Referencias:
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- Hambrecht R, Wolf A, Gielen S, Linke A, Hofer J, Erbs S, et al. (2000) Effect of exercise on coronary endothelial function in patients with coronary artery disease. N Engl J Med.; 342: 454-60
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